Desde hacía tiempo un amigo me debía una comida. Él, conocedor de la buena comida y de mi gustos gastronómicos, decidió llevarme a un lugar peculiar, divertido y con una cocina de alta calidad: Los Brezos. Situado en San Mamés de Meruelo y al lado de una gasolinera es un lugar diferente. Viéndolo desde fuera parece que no puedes encontrar una cocina tan buena, ya que la fachada y la entrada es lo corriente. Ese toque punkarra y de contrastes es uno de los símbolos claves de Los Brezos.
En la cocina, Rubén Abascal deleita a los comensales con un menú diferente, divertido, de calidad y apto para todos los bolsillos.
El menú degustación arranca con una caja de bombones. Pero, no. No fueron de chocolate. Eran bombones de queso. Había que comerlos en forma escalonada, desde el más suave al más fuerte. Gran comienzo, complementado por panes de diferentes variedades para untar. Si eres amante del queso, éste entrante te va a dejar boquiabierto. Literal.
El segundo plato del menú fueron las naranjas en el campo. El fruto en sí eran unas bolas de foie cubiertas de naranja; el campo era una mezcla de pan y cebolla con una reducción de Pedro Ximénez. Pero ahí no quedo todo, el toque final de nitrógeno liquido da espectacularidad al plato. El sabor fue perfecto, el foie de gran intensidad y calidad. Todo esto mezclado en el paladar junto a ese campo tan peculiar produjo orgasmos en el paladar.
La cosa iba bien con los dos primeros platos. Tanto de calidad, sabor y diversión.
El tercer plato, cuyo nombre no recordamos, vamos a definirlo como vegetales en su nido con falso huevo. Solo sé decir que el falso huevo tenia cacao y que mezclándose con todos los ingredientes hizo que una ensalada corriente se convirtiese en un plato de autor. De nuevo el contraste triunfó y el sabor, también. Vegetales de alta calidad y elaboración tratada con cariño y dificultad.
En el cuarto asalto nos esperaba el risotto de ibéricos con falso champiñon. Como amantes de la cocina italiana, amamos el risotto. Éste estaba en su punto, muy cremoso acompañado por unos ibéricos que dieron un toque patrio e intenso. El falso champiñon resulta que era queso de cabra y que había que mezclarlo con el risotto. El resultado fue un toque cremoso y sobresaliente al plato.
Llegamos al quinto plato, a lo principal. Aún había hambre y el rape con una salsa de alga codium estuvo delicioso. Volvió a destacar lo spanish con ese toque oriental que tan de moda está. Y qué decir, pues que a pesar de ser más tradicionales con el pescado a la plancha, éste hizo que nos olvidásemos de ello.
La carne tuvo su máxima representación en el sexto lugar. Un solomillo de ternera sobre una base de foie , kiwis y aceitunas. No pidas el punto que quieras de la carne, ya que el chef sabe dar con la tecla y te va a encantar. La explosión de sabores de fruta, verdura y carne fue brutal, un auténtica obra de Mozart en tu paladar.
Y ya en la recta final dos postres. Uno muy divertido y el otro también. El primero huevos con patatas. Sí, huevos con patatas, pero dulces. Me explico. El huevo era crema de yogur y la yema, gelatina de naranja. Las patatas plátano frito y lo otro, una torrija de pan pasiego. Todo muy dulce suave y exquisito.
El otro postre era una maceta con dos cerezas sobre la tierra de cacao. Lo que realmente probamos fueron unas trufas . Trufas de máxima calidad y tremendo sabor. Mejor final imposible.
Toda la comida estuvo acompañada por una botella de Luis Alegre.
Gran comida en Los Brezos, dónde desde que aparcas el coche hasta que te vas es un espectáculo. La decoración y situación, punk; la comida divertida, trabajada, con sabor y espectacularidad; los productos, máxima calidad y el servicio de 10 explicando cada plato.
Ficha técnica:
Nombre: Los Brezos
Dirección: San Mamés de Meruelo
Especialidad: menú degustación
Precio: 26,50 el menú sin bebida
Ya había oído hablar de este lugar, siempre de forma positiva la verdad!
Han sido varias las ocasiones que he querido ir, 3 veces en concreto, pero las 3 veces que he llamado para reservar estaba completo!!
Siempre he llamado para pedir mesa un fin de semana, sábado o domingo… con 3 – 5 días de antelación y nada…
¿Con cuanto tiempo reservasteis vosotros?
Por cierto, enhorabuena por el articulo y por el blog!
Saludos.
Yo fui un viernes a comer sin reserva y no tuve problemas. Si ves que hay problema reserva con 10 días de antelación. Pero muy recomendable, merece la pensa.
Gracias
un saludo