Hace aproximadamente un año la famosa hamburguesería Eros de El Sardinero bajó la persiana para siempre. Nisio y Mariano, las cabezas visibles del negocio, se jubilaron y con ello también el local. Ellos no eran los dueños, pero como si lo fuesen. Pegado a ese pequeño y gran bar está situado el Rocamar, cuyo dueño es el mismo que el del Eros. Tras la jubilación de los dos hermanos se decidió trasladar el nombre al local vecino. Y sus hamburguesas, también.

El Rocamar es diferente, es español. No destaca en su decoración los grandes detalles. Tampoco los lujos. Pero tiene el encanto de ser un clásico de toda la vida, pero a ese encanto ahora hay que agregarle el del Eros. Respecto a su carta pues es muy variada a la par que rara. Pollos asados, platos combinados, sándwiches, hamburguesas y perritos son los reyes de las cartas. Pero también puedes encontrar rejos , tortilla de patata u otros bocadillos.

El espíritu Eros se mantiene en los perritos y hamburguesas que llevan su nombre. Y que realmente posee la misma estética y sabor. Por ejemplo los/las especiales llevan el siguiente nombre: Especial Eros. Para que la gente no olvide el sabor y que el legado se mantenga vivo. Y bien que se mantiene, pero la falta de Nisio y Mariano se nota. Ya no se escucha un ¿quieres un bote? O un ¡Sois peores los de casa que los de fuera! Eso se echa en falta, pero el producto no. Así que siempre que se acude a degustar ese delicioso bocado se mezcla el perrito con ketchup y la hamburguesa especial (bacon, queso, cebolla, ketchup y mostaza). Depende del hambre pides un perrito o dos. ¿Y qué decir del sabor y la calidad? No sé sabe que tienen que están delicioso. Se sabe y conoce que la carne es buena, de una buena carnicería y el sabor auténtico y puro destaca en cada mordisco.

Es imposible encontrar en Cantabria un sabor tan característico como el del Rocamar-Eros. Siempre se dice que es por la plancha. ¿Quién sabe el motivo? El caso es que la fama se la tiene bien merecida, que el producto es natural y que no es necesario ir al McDonalds para probar una gran hamburguesa. También hay que destacar el pan. Es tierno, de panadería y también diferente. Se puede decir que está entre el pan que se consume en barra y el típico de hamburguesa. Este punto también hace destaque el producto, que se desmarque de otras hamburgueserías.

 El Rocamar mantiene el espíritu del Eros vivo. Así que si quiere recordar esas clásicas hamburguesas santanderinas ya sabe dónde tiene que ir.