Las Piscinas es sinónimo de calidad y de saber hacer bien las cosas. Este restaurante situado en Villacarriedo es uno de los bastiones gastronómicos de Cantabria. Destaca por sus carnes,  su jamón, los huevos con foie, el pato y su trato agradable y cercano.

Llegó la hora de la comida el domingo y, como no podía ser de otra forma, de entrada se ordenó una ración de jamón ibérico, acompañado de unos buenos trozos de lomo. Ambos embutidos estaban exquisitos, destacando el jamón, cortado muy fino y aceitoso, como gusta a la mayoría de los españoles. Es un sabor difícil de olvidar y en el que no puedes parar de comer hasta que finiquitas la ración en tiempo récord. A estos entrantes, les acompañó la tapa de la casa, unas minitostas de foie con cebolla caramelizada que se agradecen mientras se espera la orden.

De plato principal se pidió un clásico de Las Piscinas: Confit de pato. ¡Qué delicia!, ¡qué gusto!, la piel estaba crujiente y con un intenso sabor, pero la cosa no quedó ahí. El punto de la carne fue perfecto, y el bocado agradable, nada empalagoso. Pero el truco y la fama de este plato también proviene de su salsa. Un jugo que es dulce, delicioso, pero que no sabemos si lleva miel  arándanos u otros ingredientes. El caso es que el sabor es inconfundible y la cantidad es perfecta para que tu paladar y cuerpo lo agradezcan.

El colofón a la magna comida fue un arroz con leche casero, contundente, espeso y nada líquido. Acompañado de un buen pellizco de canela, la mezcla fue de diez. Un postre que puso el broche de oro en un gran homenaje a la gastronomía local.

Las Piscinas nunca falla y la calidad se notó de principio a fin. Cada plato en su punto y sin ningún defecto. Por eso, este restaurante carredano es un referente en la gastronomía de Cantabria.