El Restaurante Cantabria, situado en el Río de la Pila, se caracteriza por su menú diario, barato y muy casero. Pero también su fama proviene de los pinchos y empanadas. El caso que se degustó el pasado viernes fue el primero, el de los pinchos.
Se eligieron dos: Uno de huevo, jamón, foie y otro de jijas con huevo y patatas. El primero tenía aspecto de sándwich, ya que estaba cubierto por dos bases. La de debajo de pan de molde normal y la de arriba, el mismo pan, pero frito y grasiento. Ése fue uno de los aspectos negativos del manjar, ya que desprende mucha grasa y el sabor cansa. Pero en el momento que llegas a la base y se juntan los ingredientes señalados, junto a una cama de cebolla caramelizada, la boca llega al clímax del sabor. Deliciosa y acertada la fusión de esos ingredientes en la que el pan frito, sobra.
El segundo elemento a analizar fue de jijas. Para los que no son de Cantabria hay que decir que las jijas son algo similar al chorizo desmigado. Este pincho estaba acompañado por huevo y patatas. Delicioso e intenso el sabor de las jijas, que si no tienes nada para beber lo pasas un poco mal.
Aceptada faceta la de la barra del Cantabria, aunque con errores que deberían corregir a favor de su producto.