Las rabas, y derivados, se suelen consumir a la hora del “blanco”. Esto quiere decir que ir de noche a degustar esta delicia no es lo normal. Aun así, cualquier hora es perfecta para comer unas rabas.
El Tivoli es un clásico de la hostelería santanderina. Conocido por sus pinchos, sus menús diarios, pero también, lo es o era, por sus rabas. El caso analizado fue el de unos rejos; bueno unos rarejos. Este producto proviene de la mezcla de rejos y rabas, al pedir una ración de lo primero. Vamos, un engañabobos. El Tivoli ha perdido un buen producto, ya que fueron unos ¿maganos? grasientos y con sabor a otros productos cocinados en la freidora. Estaban comestibles, sí. Pero no eran para tirar cohetes y el magano, quizás, destacaba por su ausencia.
Decepción en el Tivoli, pero creación de una nueva ración: los rarejos.
Ficha técnica:
Nombre: Bar Tivoli
Dirección: Calle Marcelino Saiz de Sautuola
Especialidades: Tapas, raciones y menús
Precio: Rejos (rarejos) sobre 7 euros