A. Rivas Cuesta/ @ARivasCuesta
El pasado sábado un amigo y servidor decidimos ir a cenar a un clásico santanderino, el Sal y Pimienta. Cuando llegamos al restaurante percibimos un cambio, ahora se llama Mata Mua, pero mantiene el mismo aspecto que su predecesor. Vemos la carta, nos agrada y decidimos entrar. Había gente joven en la barra tomando pinchos, cazuelas y jarras de sangría. Ya en el minicomedor, con sólo cuatro mesas, el cocinero y propietario “Nando” nos obsequia con un caldo marca de la casa cuyo nombre era “Reanimator”. El líquido estaba delicioso con un sabor muy similar a la típica salsa de los mejillones.
La carta era corta pero con sugerencias muy buenas: escalopes al galope, callos, lasaña, pasta, carpacho…Vamos, una mezcla de gastronomía española e italiana. Nosotros como amantes de los fritos, pedimos de entrante una ración de croquetas de queso de Tresviso. A pesar de que el aspecto por fuera no era demasiado bueno, el resultado final fue todo lo contrario con una bechamel perfectamente ligada y un sabor intenso, pero sin empalagar. Cosa difícil de conseguir si realizas una salsa con quesucos fuertes, como fue este caso.
De plato principal pedí un Zancarrón. Decir que se saca de la parte baja de un cuarto de la ternera. Es complicado realizar este plato, ya que si te sale mal lo tienes que tirar a la basura, pero si te sale bien es una carne riquísima que se deshace en la boca. Pura mantequilla. A mí me tocó la opción buena, un plato bien presentado con una ración ni abundante, ni escasa y acompañada de patatas fritas finas recién hechas. La carne estaba perfectamente cocinada y se deshacía sola, sin necesidad de usar el cuchillo; el sabor delicioso e intenso y la salsa fue perfecta sin poder evitar mojar con pan la salsa. Una delicia que en la actualidad es un lujo, ya que en muchos restaurantes utilizan carne precocinada, como es el caso de las carrilleras.
Por su parte, mi acompañante pidió una lasaña, también hecha al momento. Muy rica, pero quizás faltaba algo más de carne. Pero el uso de ingredientes frescos hicieron acto de presencia. Un elemento que en la cocina de nuestros días ecasea. Con el entrante para dos y un plato nos quedamos perfectos sin necesidad de pedir postres, aunque nos quedásemos con las ganas, ya que es muy difícil decir que no a un arroz con leche casero, un flan o una tarta de la abuela.
Cuando se acercan las 12 de la noche el local se ambienta en plan pub, para tomar unas copas a buen precio en un ambiente agradable y joven.
Para finalizar, decir que pagamos 35 euros los dos con café y copa incluida. Vamos que no está nada mal de precio. Agradable sorpresa la del Mata Mua, que sin duda es para regresar a cenar o comer.
Ficha técnica:
Nombre: Mata Mua
Dirección: Calle Guevara 26
Localidad: Santander.
Especialidad: Escalopes al galope, zancarrón, pastas y cazuelas
Precio medio por persona: 16 euros.