En los últimos tiempos hemos vivido todo tipo de reinvenciones en la hostelería para que los locales intenten marcar diferencias con la competencia. Cada una de esas revoluciones, por llamarlas de alguna manera, han supuesto una transformación que, a la larga, ha hecho que aparezcan más especialidades y eso es bueno, porque de toda la vida es sabido que en la variedad está el gusto.
Uno de los formatos que más está creciendo en los restaurantes es el fenómeno bufet libre, que se olvida de las cantidades ofrecidas y se le da la posibilidad al cliente de tener una especie de tarifa plana en la que paga un precio base independientemente de lo que desee consumir.
Este tipo de servicio tiene sus pros y contras, por supuesto. En el plano positivo, es una variante que permite que podamos disfrutar de todo lo que nos ofrezca el restaurante sin preocuparse en exceso del precio final, lo cual es una ventaja para los amantes del buen yantar, pero en el aspecto negativo, hay que reconocer que hay muchos locales que intentan dar gato por liebre y sus productos no tienen la calidad que deberían. Este no ha sido el caso de los locales que hemos visitado hasta la fecha, ya que todos han destacado por su calidad.
El Mirador de Suso no decepcionó ante las expectativas creadas y la visita resultó todo un éxito. Por 23 euros se puede disfrutar de toda su carta a excepción de los postres todas las veces que se desee, con la única condición de que para ser servido de nuevo hay que acabar toda la ración, algo totalmente comprensible.
Sin más dilación se presenta todo lo degustado en este local de Suances que, sin ningún tipo de duda, os recomendamos.